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El pasado 27 de Octubre me hicieron una entrevista en la radio mallorquina IB3 durante el programa El Faristol.

En dicha entrevista aprovecho para agradecer al diario balear Grup Serra por haberme invitado a ir a Mallorca para recibir el premio Paulí Buchens por el trabajo «Plan de Comunicación Publicitaria: Fuerteventura como destino ecoturístico» realizado en el XV curso de “Experto Universitario en Turismo y Marketing” por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Podéis escuchar la entrevista en el siguiente link, a partir del minuto 42. http://ib3tv.com/carta?id=98832282-5048-4616-800e-c087a684371c

Me preguntan por dos temas actuales que ha provocado a los profesionales del sector turístico bastante inquietud: la Ecotasa y la situación actual de los viajes del IMSERSO. A pesar de no ser experta en política turística, me mojo y muestro mi opinión sobre ello:

Me gustaría empezar a responder ambas preguntas con un repunte sobre lo que significa el sistema turístico, pues los dos elementos de los que se muestra interés en la entrevista forman parte del sistema y generan un impacto sobre el sector.

El turismo es una actividad compleja y multidisciplinar donde se ven involucrados varios elementos interconectados y procesos que reciben inputs para ofrecer outputs. En estos procesos debe haber sostenibilidad y responsabilidad social para el buen funcionamiento del sistema.

Se dice que el turismo presenta un modelo caótico porque se toma en cuenta todos los actores que se ven afectados directa, indirecta e inducidamente en el sistema. Los impactos (socio-culturales, físico-ambientales y socio-económicos) resultan de un proceso complejo de intercambio entre turistas, comunidades anfitrionas y ambientes de destino. Estos se generan continuamente y van cambiando en función de la demanda y las modificaciones de la estructura en la industria turística.

Si tenemos en cuenta todos los impactos a nivel socio-cultural, ambiental y económico con una mala intervención de los stakeholders, el turismo incrementa el consumo de suelo, agua y energía, la destrucción de paisajes, crea nuevas infraestructuras y edificios, aumenta la producción de residuos y aguas residuales, altera los ecosistemas y pone en peligro la calidad medioambiental, así como el modus vivendi y la identidad cultural de la sociedad local. A continuación se muestra  un cuadro grosso modo con los principales impactos positivos y negativos.

Con esto, quiero decir que cualquier acción que se realice en el destino tendrá consecuencias ya que todo está dentro de una cadena.

  1. En relación a la Ecotasa

     

Según Hosteltur, «El Govern balear ha aprobado este viernes 8 de enero el proyecto de ley del impuesto turístico, que supondrá el cobro de un impuesto por pernoctaciones diario de entre 0,25 y 2 euros para los visitantes del archipiélago mayores de 16 años que se alojen en establecimientos reglados»La población balear muestra su preocupación frente a dicho impuesto, pues afectaría a los hoteleros e indican que al destino también.

Últimamente la sostenibilidad se ha convertido en un tema principal, y la capacidad de carga actualmente juega un rol importante como medida de control para la puesta en marcha de la sostenibilidad de un destino. Las definiciones de este término son numerosas. Muchas de ellas emanan de la definición básica de desarrollo sostenible. “El desarrollo sostenible está ligado a diferentes formas de desarrollo y gestión de la actividad turística en materia de medioambiente, protección a largo plazo de los recursos naturales y culturales y resulta igualable y aceptable social y económicamente (Committee of Ministers of the Council of Europe, 1995:)

La ecotasa es un impuesto sobre estancias en empresas turísticas de alojamiento o llegada a un espacio con una determinada fragilidad medioambiental. La recaudación de este impuesto se destina a la dotación de algún tipo de fondo de rehabilitación natural, con la finalidad de financiar los proyectos o actuaciones que persigan algunos de los siguientes objetivos: – Remodelación y rehabilitación de zonas turísticas. Por ejemplo, desde el Cabildo de Lanzarote se planteaba la obtención de los derechos edificatorios en zonas vulnerables de convertirse en lugares de masificación constructiva. – Adquisición, recuperación, protección y gestión sostenible de espacios y recursos naturales. – Defensa y recuperación de bienes integrantes del patrimonio histórico y cultural. – Revitalización de la agricultura como actividad competitiva económicamente. – Gestión sostenible de los espacios naturales que permitan la conservación del medio ambiente (Alli, Dailo; 2003)

El caso de Baleares

La ley publicada en el BOE el 25 de mayo de 2001, apoyaba la introducción de la «ecotasa» en Baleares. Dicha ley justificaba a la ecotasa argumentando que “dada la insuficiencia de los medios procedentes de las fuentes estatales, resulta imprescindible encontrar fuentes de financiación  adicional a cargo de las cuales sea posible implementar las políticas necesarias a fin de que la actividad turística pueda seguir desarrollándose armónicamente y que este desarrollo no implique a medio o largo plazo un riesgo de deterioro irreversible del equilibrio económico y medioambiental, al cual la sociedad balear no puede renunciar”

El principal problema causante del rechazo por parte de la mayoría del público fue la errónea estrategia de implantación de dicha ecotasa, pues la querían aplicar a los hoteleros y no en el proceso previo a la llegada a las islas. La medida contó con un fuerte rechazo de los hoteleros y de los clientes, quienes encontraban que dicha herramienta era abusiva. Dicho impuesto no funcionó porque se dio a entender que se buscaba otro tipo de turismo (turismo de lujo) y además solo afectaba a los turistas que se alojaban en hoteles y no a aquellos que lo hacían en otros establecimientos. También influyó la coyuntura de aquella época, pues los acontecimientos del 11-S, la guerra en Irak y la crisis alemana, han perjudicado la entrada en vigor de la “ecotasa”.

Esta práctica de aplicar la ecotasa de forma errónea, se considera un elemento sancionador para los turistas, ya que dependiendo de su poder adquisitivo podrán visitar el destino o no. En el caso de Baleares, no se ha puesto en marcha la aplicación de este impuesto para controlar el impacto ambiental que provoca la visita de un turista, sino que se ha tratado de un mero elemento recaudador donde el dinero se ha destinado a otras causas.

Tal y como indica Alli, Dailo en su artículo sobre ecotasa, «No solo se debería descartar la opción de convertir a los hoteleros en herramientas de recaudación, sino que la introducción de una ecotasa, además de servir para hacerse con los derechos edificatorios y ejecutar otros proyectos de restauración ambiental, se debe entender como un instrumento de concienciación. Cuando a un turista se le cobra por la entrada a un determinado espacio, se le está haciendo saber que por motivos medioambientales su visita provoca un determinado daño ecológico que las instituciones locales se comprometen a evitar o arreglar, debiendo hacerse cargo cada turista de los costes públicos que son invertidos en mejoras»

Paralelamente a los impactos sociales y ambientales, se ha de tener en cuenta la elasticidad-precio de la demanda. La elasticidad es el instrumento mediante el cual se mide el grado en que la cantidad demandada responde a las variaciones en el precio del propio bien o servicio. El economista Manera, Carles afirma en su blog que «En Baleares, los estudios que se han realizado sobre elasticidad en relación a la puesta en marcha de una tasa como la que se comenta, concluyen que su incidencia en la demanda es muy reducida, y que apenas llega al 2% en el caso del turismo germánico». Sin embargo, muchos discrepan sobre eso, pues hay que aclarar bien, cual es el perfil de esa demanda, ya que variará según la renta de cada sujeto. Si se habla de las personas con un poder adquisitivo alto que buscan turismo de lujo, es entendible, pero para el común de los mortales la situación da una vuelta de tuerca: Con el libre acceso a internet y la obtención de una ingente cantidad de información, la elasticidad de la demanda turística ha aumentado. Es decir, que si el turista común, con un nivel de ingresos normal percibe que ha aumentado mucho el precio de Baleares, optará por irse de vacaciones a otro destino competidor que sea más barato.

Baleares cuenta con una infraestructura de cadena hotelera muy potente y los stakeholders locales apuestan por potenciar el turismo de lujo, por lo que la demanda de ese tipo de turismo no se verá afectada. En cambio, los pequeños empresarios que ofrezcan actividades complementarias y reciban a otro tipo de turista podrían recibir menos clientes, pues como bien se sabe, los bienes complementarios serán menos demandados si se aumenta el precio; Es decir, cuanto más se gaste el turista medio -con un nivel de renta normal- en el hotel, menos gastará fuera de él.

En mi humilde opinión, la decisión de implantar un impuesto ambiental es un tema muy frágil de tratar. Es necesario realizar un estudio previo con posibles impactos y tener en cuenta todos los puntos que se han tocado en líneas anteriores, al igual que es muy importante aplicar la dinámica de una gobernanza interactiva, donde los actores del destino colaboren y se escuche la opinión de todos para poder establecer correctamente unas estrategias de este calibre. Otro tema que preocupa, es el exceso de capacidad de carga en la zonas turísticas. Pues bien, con un control de capacidad de carga y el establecimiento de una estrategia correcta para la implantación de la ecotasa, se podrían obtener impactos positivos en el destino, siempre y cuando, se destine el dinero a la conservación de espacios naturales y que dicho impuesto se grave solamente a las visitas de los turistas, excluyendo el pago de la población local (Desafortunadamente, la Conselleria de Hacienda indica que los residentes deben pagar también –vea la noticia-). Por otro lado, se ha efectuado un cambio cultural en el perfil del turista, pues actualmente, es más respetuoso con el medio ambiente. Si se aplica bien una política de impuesto turístico, se cobra al turista una cantidad mínima y se le comunica claramente que ese dinero que se recaude va a estar destinado para la conservación de los espacios naturales, dicha práctica generaría una imagen positiva y daría exclusividad al destino, considerándose un elemento diferenciador a la hora de competir con otros destinos.

En definitiva, el impuesto turístico es un arma de doble filo que debe aplicarse de una manera muy controlada y calculada para que funcione todo correctamente y se obtenga de una manera totalmente equilibrada beneficios sociales, económicos y ambientales.

Dicho programa ha estado paralizado y se ha retrasado su aplicación. Ahora se ha autorizado a fomentar de forma inmediata los viajes del IMSERSO solo en la península , quedando excluídos los viajes a Baleares y Canarias. Frente a esta pregunta resalto la importancia que tiene el turismo Senior para un destino turístico, ya que la mayoría de los turistas de los mercados emisores a las islas son mayores de edad. Este perfil de turista contribuye muchísimo a la desestacionalización y a la diversificación de mercados, ya que son las personas que más disponen de tiempo y de dinero para viajar.  Incluso esta iniciativa ofrece ventajas a los hoteleros que están afectados con la estacionalización, pues consiguen mantener abiertos sus establecimientos en temporada baja. El sistema turístico es un conjunto de componentes interconectados entre sí. Por lo que, para que todo funcione correctamente debe ir en armonía y debe gestionarse bien.

Canarias cuenta con un PIB turístico de un 31,4%, mientras que el turismo en Baleares genera el 45,5%. Ambos destinos son los que mayor impacto económico del turismo representan en todo el país, según Exceltur. Con esto quiero decir, que si excluyen a las islas del programa de viajes del IMSERSO, dichos destinos se verán afectados negativamente, ya que tanto las cifras de beneficios en los negocios y la generación de empleo directa o indirectamente disminuiría en los meses de temporada baja.

En definitiva, ambas problemáticas están afectando a ciertos destinos que viven totalmente del turismo. Es cierto que el pueblo balear se siente estigmatizado por lo ocurrido anteriormente en el año 2001, por lo que la gran parte de empresarios se niega rotundamente a la aplicación de dichas tasas.  Para que el sistema funcione correctamente, es necesario tener en cuenta la opinión de todo el pueblo (que muchos de ellos son expertos en la materia y pueden aportar mucho para la resolución de este tipo de dilemas).

Si estas -o no- de acuerdo , me gustaría saber tu opinión al respecto. Te agradecería un comentario.

Recursos consultados

http://menorca.info/balears/noticias/2016/568276/diez-claves-nueva-ecotasa.html

http://politica.elpais.com/politica/2015/10/14/actualidad/1444820850_823922.html

http://www.diariodemallorca.es/opinion/2015/09/21/ecotasa-deja-vu/1056593.html

http://www.datosdelanzarote.com/uploads/doc/20060215145040548ECOTASA–ASPECTOS-SOCIALES.pdf

http://carlesmanera.com/2015/11/03/soria-y-la-tasa-turistica-balear-el-dislate-de-ministro/

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